Tras muchos años de lucha individual, un grupo de vecinos de la ciudad afectados por el ruido de los locales de ocio ha decidido unirse para «hacer más fuerza» ante la Administración. La asociación Afectados por el Ruido d'Elx lleva constituida desde finales de abril, pero cerca de un año trabajando en conjunto y «en muchos casos, más de diez años de lucha individual», puntualiza José Tormo, uno de los vecinos afectados y miembro de la plataforma.
Principalmente, este colectivo de afectados critica que
las administraciones son «muy permisivas» con los locales de ocio en
materia de contaminación acústica. «Tienen una batería legislativa y
normativa pero no la aplican», señala Tormo. La presidenta de la
asociación, Mari Luz Costa, es más contundente. «Se está favoreciendo al
ocio frente al derecho de elegir dónde vivir; nosotros no defendemos
nuestros intereses, sino nuestros derechos constitucionales a descansar y
vivir», asegura Costa.
Según denuncian los afectados, «no se hace caso a las
reclamaciones de los vecinos». Costa asegura que ya ha hecho varias
mediciones acústicas y sonometrías en locales que están en su mismo
edificio. «No sirven para nada, porque bajan un poco la música en el
momento en que se hace la medición y ya no superan los límites», explica
la presidenta de los afectados. En este sentido, señala que muchos
locales sí cumplen con la normativa de insonorización, pero puntualiza
que «las vibraciones del ruido en los edificios nos la mide nadie».
«Con la contaminación acústica se ha perdido el norte: no
hay policías en la calle y no nos hacen caso a los vecinos cuando
llamamos; se creen que son cuestiones personales», defiende Tormo. Costa
precisa que «una persona que llama a la Policía a las dos de la
madrugada no lo hace por capricho», pues «muchas veces me han preguntado
si era la misma que llamaba siempre, como creyendo que lo hago por
gusto, y lo hago porque no puedo descansar».
Ayuda psicológica
Este problema, lejos de decrecer, aumenta con el paso de
los años. Muchos vecinos, como es el caso de Costa, precisan de ayuda
psicológica ante la falta de descanso: «Esta situación merma a las
personas día a día. Algunas semanas, cuando han coincidido varios
festivos, yo no he dormido más que dos horas». Tormo también sufre el
problema desde hace varios años. «En los bajos de mi edificio hay un
local que lleva diez años funcionando, es ilegal, cambia de nombre y
nadie hace nada para cerrarlo», asegura.
Más allá de los casos personales, que son muchos y
variados, la intención de la asociación es «concienciar y que nuestra
experiencia sirva para más afectados», dice Tormo. Y también la puesta
en marcha de «alternativas de ocio», en las que «no sea necesario salir
hasta las tantas de la noche para pasarlo bien».
En este sentido, la presidenta de la asociación ya
trabaja con el CP Luis Cernuda para enseñar a sus alumnos programas de
respeto a los demás y de «pequeños detalles que mejoran la convivencia».
Porque la intención de la plataforma «no es acabar con los locales de
ocio, sino tener un modelo de ciudad que pueda compaginar descanso y
diversión. Y ahora vamos hacia un modelo de solo diversión», defiende
Costa.
En Afectados por el Ruido d'Elx hay vecinos de todos los barrios y zonas
de la ciudad ya que «la contaminación acústica se está extendiendo»,
señala Tormo. La asociación tiene actualmente una veintena de socios, y
espera que su trabajo a través de la Red haga que más afectados se unan a
ellos.
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