La comunidad de propietarios del número 3 de la plaza del Congreso Eucarístico, en donde residen alrededor de treinta familias, lucha por que se cumpla su derecho al descanso nocturno.
Una lucha que parece que estén realizando en solitario. De hecho, una de sus quejas es la pasividad que están encontrando por parte del Ayuntamiento. Por ello, los residentes, que están agotando la vía administrativa, no descartan continuar ya por la vía penal, en base a los perjuicios de salud que están teniendo algunos propietarios.
En concreto, los afectados critican que, a pesar de que diferentes mediciones de ruido realizadas por la Policía Local han situado los niveles por encima de los límites permitidos, asisten impotentes al hecho de que las autoridades aún no les han comunicado a los responsables de los locales la restricción de horario que deben cumplir. Ésta fue la solución que desde el Ayuntamiento se le comunicó a los vecinos que se adoptaría. También se les indicó un plazo -esta pasada semana- para notificar la decisión a los establecimientos afectados, que una vez enterados deberían acatar el reglamento. Pero esto tampoco se ha cumplido, según denuncian los residentes.
La portavoz de la comunidad de propietarios afectada, Mari Luz Costa, explica que los residentes llevan, de manera individual, reclamando ante el Consistorio al menos desde 2008, y que éste siempre les respondía que estaban tomando medidas. Finalmente, en febrero de este año, todos los vecinos agrupados decidieron poner una queja en el Ayuntamiento a nombre de la comunidad y a raíz de eso se han hecho varias mediciones.
En el último informe de medición sonométrica realizado por la Policía Local a mediados de mayo, se determina que los niveles de ruido que generan estos locales en su actividad superan el límite permitido. Éste está situado en 45dBA y en el documento se expresa que los niveles de ruido que genera el pub The Clap son de 67,4dBA; el restaurante Arenal, 65,4dBA; y los de la hamburguesería África y Café París son de 66,2 dBA. Por ello, se concluye que "las terrazas de los establecimientos reseñados exceden el nivel de ruido permitido por la normativa específica en la materia". Las fuentes de este ruido suelen ser voces y risas de los clientes, el ruido del mobiliario generado por las actividades de las terrazas y el rodar de los contenedores de basura.
La portavoz apunta que la espera se hace eterna y que los propietarios han esperado pacientes durante el último mes -conscientes del cambio de Gobierno y concejales-, a que el Consistorio proceda a tomar medidas pero, al mismo tiempo, consideraban que el penúltimo plazo dado, el de la semana pasada, iba a ser el definitivo, y no lo ha sido. "Todo sigue igual. Se nos dijo que los propietarios de los locales iban a ser notificados, pero no ha sido así", expresa Costa, que, además, ha de confiar en que los locales vayan a respetar el nuevo horario una vez se les comunique.
De aplicarse esta restricción, según los vecinos, las terrazas podrían estar hasta las 23 horas de domingo a jueves, y hasta la medianoche los viernes y sábados. Actualmente están hasta la medianoche entre semana y hasta la 1.30 horas viernes y sábado.
Por otro lado, los vecinos se quejan de que su calle no esté contemplada dentro de la zona acústicamente saturada que termina en el Carrer Fatxo, a escasos metros de sus viviendas. "Ello supone que no se pueden abrir más establecimientos de ocio dentro de esa área", señala. La propietaria recuerda que el exceso de ruido y la falta de descanso pueden ser el origen de más problemas de los que en principio se podría imaginar.
Plataforma en Elche
Por todo ello, los vecinos de la plaza del Congreso Eucarístico se han puesto en contacto con vecinos que tienen la misma problemática en otras zonas de Elche con los que constituir una plataforma de afectados por el ruido. Además, ya existe en Facebook el grupo "Elche sin ruidos", que agrupa a vecinos que tienen esta problemática.
Mari Luz Costa también recuerda el caso de los residentes de Alfonso XIII y José Ramos a quienes el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJ) les dio la razón en marzo. El fallo, recurrido por el Ayuntamiento, iba en contra de la "inactividad de la administración" y condenaba al Consistorio a indemnizarles con 30.000 euros.
Conscientes del largo proceso que están viviendo estos vecinos, los residentes en la plaza del Congreso Eucarístico, valorarán, tras agotar la vía administrativa, el emprender acciones por lo contencioso-administrativo o recurrir directamente a la vía penal.
